martes, 2 de julio de 2024

Leopoldo Minaya presenta a Brunilda Contreras en la entrega del Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2024

El presidente del voluntariado de la Biblioteca Nacional, Manuel García Arévalo, junto al director de la misma, Rafael Peralta Romero entregan diploma de reconocimiento a Brunilda Contreras premiada por su trayectoria como escritora y gestora en favor de la infancia con el Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil. Leopoldo Minaya hizo la presentación que transcribimos por su gentileza.


   Nos ha tocado la distinción y el grato placer de introducir ante ustedes, con altos respetos, a una personalidad de nuestras letras que por su relevancia y grado de estimación no necesita ser presentada ante un público como vosotros, versado en asuntos culturales y literarios. Me refiero a la escritora Brunilda Contreras, a quien el Estado y la sociedad dominicanos distinguen hoy, merecidamente, con el importante Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2024. 

   Este galardón, ideado y promovido en su gestación por quien hoy es director de la Biblioteca Nacional, don Rafael Peralta Romero, y acogido e instituido por el señor presidente de la República Dominicana, tiene como finalidad reconocer el talento y la dedicación de quienes emplean sus vidas y mejores esfuerzos en producir obras de elevación espiritual en beneficio de las permanentes nuevas generaciones de la sociedad dominicana, que es como decir trabajar en provecho del más importante sector de la vida nacional: en él se sustenta nuestro porvenir como Nación, como grupo humano, como colectividad.  



   Tres notables escritores de literatura infantil y juvenil han recibido precedentemente este galardón: Lucía Amelia Cabral, Margarita Luciano y Miguel Phipps Cueto. Con el prestigio de estas figuras se cimenta esta premiación como institución, y se continúa y expande con la autoridad y la personalidad de quien esta noche la recibe. 

   Brunilda Contreras, oriunda de Santa Ana, Salcedo, provincia Hermanas Mirabal, ha sabido dejar indeleble impronta en las letras nacionales. Cultora a un tiempo de diversos géneros literarios, sabe plasmar en ellos trabajos de calidad y significación. Su bibliografía recorre el cuento, la novela, el ensayo, y (más específicamente dentro de la demarcación infantil y juvenil) géneros y expresiones formales que entroncan con el ludismo y la tradición: la adivinanza, el colmo y la retahíla. En estas últimas tres facetas, Brunilda Contreras destaca de manera singular entre los cultores de literatura de raigambre popular, por el gracejo y el donaire al que aspiraba don Manuel Rueda, como puede verse en el volumen compilatorio Adivinanzas dominicanas, de 1970, pero, en ella, con el aporte original de su propia industria, proclive al desvelamiento y a la gozosa fascinación. 

  Hay un trabajo de singular importancia nacional en el haber y el hacer literario de Brunilda Contreras. Es su Ensayo de cultura netamente campesina, que en la República tal vez no tenga parangón. En él se conservan cuadros, instantáneas, piezas de museo de lo que fuera la vida rural en la República Dominicana durante buena parte del siglo XX, con los que podrá reconstruir la nación en el presente y en el futuro su acervo cultural, su identidad, su desarrollo evolutivo y la psicología y la idiosincrasia del ser nacional a partir de sus usanzas y tradiciones, y en particular de su habla. Otro aporte de la galardonada, en el género ensayístico, es su Curso de creatividad literaria, donde modela y expone de manera desenvuelta y acuciosa los criterios artísticos y estilísticos que le han permitido forjar su arte, y que le facilitarían forjar el suyo al lector-escritor eventual, con especial atención a las modalidades infantil y juvenil del arte y la literatura.

   Brunilda Contreras es un espíritu puro, rebosante de idealismo. El material de su literatura para niños y jóvenes tiende a lo modélico, insuflando a su pequeño lector los valores que lo encaminen por las sendas del bien y de la verdad. Sus obras, revestidas de juego e imaginación, no se apartan del cuidado de la forma ni de la pulcritud expresiva. Conocida es su acendrada preocupación por el cultivo de la lengua, a sabiendas de que la obra de arte necesita de ese apuntamiento a las lindes de la perfección. 



   Un autor de literatura infantojuvenil es un miembro de la familia en cada hogar esmerado; y el nuestro no resulta la excepción. Nuestros hijos Álvaro y Alexander crecieron Por la ruta de los soles, volumen de cuentos de encantos y hechura memorables; al son de Chiví: cien adivinanzas nuevas -más que un libro para niños, un reto familiar-, y al derroche ocurrente de las retahílas de la vaca de la tía Bruni. Ya crecidos nuestros niños, sus libros los conservamos con esmero por la belleza de su arte y por la alegría que nos produce la recordación: libros que aún conservan las grafías de los pequeños en su etapa temprana de formación lectoescritural. Igual sentimiento intuyo en cada hogar dominicano o extranjero al que hayan llegados sus textos delicados. 

   La distinguida escritora Leibi Ng ha identificado una cualidad de orden supraliterario en la producción de Contreras al leer los cuentos “La jaibita Eva y el Julián Chiví” y “De regreso al jardín”, ambos contenidos en el volumen que tuvo a bien prologar. Ha dicho Leibi: “Hay un mensaje claro de que la vida tiene sentido y el reto es identificarlo”. Los textos de nuestra escritora, expresados con lenguaje sencillo pero elegante, esperan en el fondo sostener al lector con sus brazos espirituales en ese tránsito inexorable por los avatares y las alegrías de ese dédalo que llamamos “mundo”. 

   Nuestra autora es maestra, egresada de la Escuela Normal Juan Vicente Moscoso; periodista egresada con sumos honores de la Universidad de la Tercera Edad; cursó una maestría en promoción de la literatura infantil y la lectura en la Universidad Castilla-La Mancha, España, e igualmente estudió en Venezuela programación neurolingüística. Aquí y ahora apreciamos su capacidad creativa, el esplendor de sus obras, la delicadeza de su acento y sus dotes lingüísticas y literarias. Con su talento ha creado un universo de ensoñación para la infancia, para la juventud, y para aquellos que aún en la adultez no pueden permitirse abandonar definitivamente esos estadios. Lo agradecemos, lo reconocemos, lo festejamos, la aplaudimos y presentamos ante esta excepcional escritora nuestra… las más emotivas y felices congratulaciones. 

LEOPOLDO MINAYA

28/5/2024

 

   


Discurso de Brunilda Contreras en el acto de entrega del Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2024

Brunilda Contreras
Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2024

Por una sabia decisión de mi alma, nací en un paraje del Cibao, un sábado 13 de agosto, cerca de la medianoche, según me decía mi madre... crecí rodeada de unos campesinos muy alegres que se sabían herederos y custodios de una riquísima tradición oral que florecía como décimas, cuentos, adivinanzas y otras creaciones artísticas más, que convertían las cosechas en auténticas fiestas comunitarias. 

Mis cuentacuentos fueron el abuelo Alfonso y su hermana Meicé. y fue ese abuelo amado quien predijo que yo sería escritora, porque una mañana, mirándome con una ternura que pretendía solapar con un manto de reproche simulado, me dijo que, por ser tan presumida, un día llegaría a alimentarme solo con plumitas, aire y pétalos de rosas. 

¡Qué sabio era mi abuelo!, porque del universo de los símbolos él eligió, sin sospecharlo, los dos que constituyen la fuente creadora de todo ser humano: el pensamiento que diseña y el sentimiento que sustenta. el primero representado por el aire y las plumitas, y el segundo, por los pétalos de rosas, como esencia del amor. 

Con respecto a la lectura, conservo dos imágenes que me marcaron: la de mi padre frente al periódico, que compraba cada vez que iba a la ciudad y lo leía con tanto interés, que parecía que estudiaba su contenido y la de mi madre que, por las noches, después de una dura jornada, bajo la luz tenue de una jumiadora, leía en voz alta novelas de Corín Tellado... Por ellos aprendí que se puede derivar un gran placer de la lectura. 

En ausencia de obras impresas, la madre naturaleza me abrió su libro mágico permitiéndome el acceso a muchos de sus arcanos cuyo contenido han nutrido mi vida y la literatura que produzco, porque desde muy niña entré en complicidad amorosa con los cuatro elementos y los seres que los pueblan.

Como la naturaleza revela sus secretos a quienes la aman, muchas mañanas tuve la dicha de presenciar las clinejas que los duendes habían tejido por las noches en las crines de las yeguas, aun cuando ellas estaban en una caballeriza cerrada con candado. 

En tiempos de tormenta, contemplaba a mi abuela que, amparada en la convicción con que la investía su fe inquebrantable, ordenaba al viento que amainara su furia… y el viento siempre obedecía, y aprendí que el canto de las chorreras de los ríos es producido por unos seres amorosos que purifican las aguas, pero lloran cuando les echan desperdicios.

Esos amigos invisibles para los ojos físicos me han acompañado siempre. y están aquí como mis invitados especiales… pero no se preocupen… ustedes no serán víctimas de las travesuras que, con sobrada razón, se les atribuyen a algunos de ellos…  porque, aparte de que están muy agradecidos por el privilegio de asistir a este acto maravilloso, son vigilados por devas de evolución superior, a quienes deben obediencia por ley de jerarquía espiritual.

Yo amo la literatura infantil y juvenil, porque estoy convencida de que, a través de la fantasía, como reguladora de la vida mental y emocional del ser humano, alivia en los niños las tensiones propias de su edad, ignoradas con mucha frecuencia por los progenitores… y de adultos, nos auxilia en la sanación de las heridas que por experiencias dolorosas o por errónea interpretación de los hechos, alojamos durante nuestra niñez en ese inmenso mundo soterrado que es el subconsciente. 

Desde que tuve uso de razón, he caminado con los ojos de la conciencia muy abiertos. y por eso, concibo cada día como un paso que me encamina hacia la puerta de salida ante la cual mi alma peregrina decida despojarse de las vestiduras que ha usado en esta experiencia terrenal. y cuando llegue esa hora, sé que me iré muy agradecida por las lecciones asimiladas en el amplio salón de clases que es nuestro planeta, y por todo el amor que he recibido de las almas que han transitado conmigo este tramo de la existencia humana que llamamos vida.

martes, 23 de abril de 2024

Otorgan premio literario a Brunilda Contreras

Brunilda Contreras


La escritora fue seleccionada para el Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2024


SANTO DOMINGO.- El jurado del Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil correspondiente al 2024 seleccionó para este galardón a la escritora Brunilda Contreras, entre otras razones, porque su obra, que incluye cuento, novela y adivinanzas, conecta con la esencia y tradiciones del pueblo dominicano. 

El anuncio lo hizo el director de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU), el escritor y académico Rafael Peralta Romero, durante una rueda de prensa celebrada en la sala Carmen Natalia Martínez Bonilla de la institución. Estuvo acompañado por Manuel García Arévalo y Lucía Amelia Cabral.

“Se otorga el Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil a Brunilda Contreras porque muestra una trayectoria creativa que enaltece la literatura para niños, la cual incluye los géneros cuento y novela y la composición de adivinanzas, caso verdaderamente singular entre autores de este tiempo. La obra de Brunilda Contreras conecta claramente con la esencia del pueblo dominicano”, indica la motivación del jurado para la escogencia de Contreras.

Además, el jurado tomó en cuenta “la fluidez y la ritmicidad de su prosa para niños, y por el potencial imaginativo que manifiesta, desde un uso simple de la lengua, sin descuidar su valor estético”.

Asimismo, que “En las obras de Contreras se aprecia una búsqueda constante del rescate de nuestras tradiciones. Sus adivinanzas y retahílas introducen a nuestros niños y jóvenes a un maravilloso mundo, donde nuestras costumbres son exaltadas de forma original y espontánea. Sus cuentos están llenos de imaginación y autenticidad”.

La obra de Brunilda Contreras conecta claramente con la esencia del pueblo dominicano”, indica la motivación del jurado para la escogencia de Contreras.

El jurado que escogió a Contreras estuvo conformado por Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua; Manuel García Arévalo, presidente del Voluntariado Biblioteca Nacional, y Julio Cuevas, profesor de Literatura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Además, Alicia Baroni, directora de la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana; Miguel Phipps Cueto, Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2023, y Rafael Peralta Romero, director de la BNPHU.

El Premio Biblioteca Nacional Literatura Infantil fue instituido por el presidente Luis Abinader, mediante el decreto 177-22, para reconocer la obra de por vida de un escritor dedicado a la literatura para niños y jóvenes.

El galardón, dotado de un millón de pesos, ha sido entregado a los escritores Lucía Amelia Cabral, Margarita Luciano López y Miguel Phipps Cueto. La ceremonia formal de entrega del PREMIO BIBLIOTECA NACIONAL DE LITERATURA INFANTIL 2024 SERÁ EL VIERNES 28 DE JUNIO.





Brunilda Contreras

Brunilda Contreras nació en Salcedo y estudió Comunicación Social en la Universidad de la Tercera Edad y tiene una maestría en promoción de la lectura y literatura Infantil, en la Universidad de Castilla, España.

Entre sus obras publicadas figuran “Ensayo sobre cultura netamente campesina” (cuatro ediciones); “Tras la olla de oro” (cuentos), “Por la ruta de los soles” (cuentos), “Chiví – 100 adivinanzas nuevas” (dos ediciones) y “Mi vaca de retahílas” (cinco ediciones).

Además, “El Ramageo – Dienteleche”, edición conjunta con autores cubanos; “¿Y qué nombre le pondremos? (adivinanzas, tres ediciones), “El mal del juicio” (novela), “Esperanza” (novela), “La madre de los tomates” (libro de colmos), y “Tengo falta de ti” (cuento).

Entre sus obras publicadas figuran “Ensayo sobre cultura netamente campesina” (cuatro ediciones); “Tras la olla de oro” (cuentos), “Por la ruta de los soles” (cuentos), “Chiví – 100 adivinanzas nuevas” (dos ediciones) y “Mi vaca de retahílas” (cinco ediciones).

Contreras ha recibido diversos premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Misael Valentino al libro Mi vaca de retahílas, por parte La Casa de la Obra Pía del Museo de La Habana, Cuba.

Además, Premio Anual de Literatura Infanto-Juvenil Aurora Tavárez Belliard, en el año 2010, por la novela “Esperanza”, otorgado por el Ministerio de Cultura.

Y su libro “¿Y qué nombre le pondremos?” fue reconocido como “El mejor libro infantil del año 2002” por el periódico Listín Diario.


por DiarioDigitalRD  abril 23, 2024

miércoles, 2 de marzo de 2022

El nuevo libro que complementa a los otros tres

 





Este es el resultado de mi experiencia como tallerista incentivando la creatividad de los maestros, padres y alumnos. 

«¡Extraordinario! Valiosísima obra de la trabajadora y exitosa autora dominicana para niños y jóvenes, Brunilda Contreras. Su experiencia y pasión por el tema son vela y brisa buena que le permiten navegar feliz en el ancho mar de la imaginación y la escritura.
Conocer, leer, releer, disfrutar este último aporte de Brunilda es un emocionante privilegio para el lector que quiere descubrir las olas, honduras y colores de la creatividad literaria» Lucía Amelia Cabral



viernes, 17 de septiembre de 2021

El ramageo, cuento fantástico y ecológico de Brunilda Contreras

El abuelo contaba horrores sobre el Ramageo. Yo quise conocer la verdad sobre ese extraño ser y tomé camino del río donde moraba el Samán Centenario. Fue él quien me narró con pesar, la historia.

Sucede —me dijo, mientras la brisa de la tarde movía los gajos de su larga cabellera vegetal— que el Ramageo en su principio no fue más que un fantasmita dulce y tierno. Se divertía en las noches de luna trenzando las crines a las yeguas, para gozar al otro día con los pleitos del encargado de la hacienda, que tenía que desenredárselas con un peine de alambre.



Rama —prosiguió el Samán— era blanquecino y muy juguetón. Cuando los niños comenzaban a llorar, él los imitaba con un ¡buuuuuuuu! tan gracioso que terminaban muertos de risa y se dormían en el acto. Entonces los perseguía en la ruta de sus sueños para continuar con sus graciosas ocurrencias. Los niños seguían sonriendo y las madres decían que soñaban con los angelitos.

Así transcurría la vida del fantasmita, hasta que un día al llegar al río encontró a este llorando:

—¿Qué te pasa? —le preguntó.

—Un grupo de leñadores me han cortado las pestañas. Ahora el sol me da de frente y ya no puedo retener mis aguas. Como si fuera poco, unos pescadores echaron zumo de un bejuco tóxico en mi corriente, matando inmisericordemente todos mis peces. ¿Qué será de mí?

Rama se puso tan triste como el río y lloró durante varios días. En otra ocasión, vio a un copete rojo que se movía con desesperación. Se acercó para darse cuenta que era un pájaro carpintero.

—¿Qué sucede? —se interesó.

—¡Ay, amigo! —se lamentó el pájaro—. ¡Cuán triste es la historia mía! Para alimentar a mis hijos, fui detrás de unos gusanitos dentro de unas mazorcas de cacao. Los perseguí, perforé las mazorcas. Luego vi a unos niños felices porque sus papás les regalaban esos frutos. Ellos, luego de secarlos al sol, los vendían y se compraban cuadernos, lápices y dulces. Pero un día al entrar al cacaotal, encontré un grupo de fantoches que amenazaban con volverme loco. Tuve suerte de que un amigo que volaba cerca, me dijo que no temiera. Eran sólo hojas de cuadernos colgadas por los sueños para asustarme. ¡Ay! ¡Acabo de ver un letrero que ofrece diez centavos por nuestra lengua! ¡Nos van a matar a todos! —sollozó el pájaro carpintero.

Rama se fue más compungido que el ave amenazada y no bien había recorrido un tramo cuando se encontró con una cotorra que también lloraba.

—¿Por qué lloras? —preguntó el fantasmita ocultando su propio llanto.

—He perdido a mis hijos. Me los llevaron para venderlos en el mercado o en la carretera. La gente los quiere como mascotas en sus casas. ¡Algunos les enseñan hábitos y palabras feas!

Rama —continuó el Samán— sentía cada vez más peso sobre sus hombros, como si toda la pena y la tristeza le cayeran encima. En eso vio que la cotorra era consolada por la tórtola recién llegada:

—No llores, amiga, unos muchachos me robaron mis pichones para comérselos y desde entonces no he vuelto a cantar.

Fueron tantas las agresiones humanas a la naturaleza, que Rama fue perdiendo poco a poco la alegría. Su atención estaba centrada solo en la tristeza. Se olvidó de que podía florecer la esperanza en su corazón y compartir esa flor con los demás para que renaciera la alegría. La tristeza volvió su cuerpo redondo y denso. En ese estado perdió la razón y se convirtió en un verdadero monstruo. Los cabellos se le pusieron gruesos y puntiagudos como alambres de púas. Su mirada electrizaba todo. Las piernas le crecieron tanto que en una sola zancada podía trasladarse de un pueblo a otro.

Por eso, en varios lugares recibió nombres tales como el Coco, el Cuco, el Ramageo y muchos más. Pero él solía identificarse como Luis Beltrán y por doquier dejaba la inscripción: “yo soy Luis Beltrán, que ni me han cogido ni me cogerán”.

Dicen que cuando lo perseguían, solía tirarse al río para salir convertido en un grupo de cucarachas que se dispersaba en todas direcciones.

fin


Leopoldo Minaya presenta a Brunilda Contreras en la entrega del Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2024

El presidente del voluntariado de la Biblioteca Nacional, Manuel García Arévalo, junto al director de la misma, Rafael Peralta Romero entreg...