Nos ha tocado la distinción y el grato placer de introducir ante ustedes, con altos respetos, a una personalidad de nuestras letras que por su relevancia y grado de estimación no necesita ser presentada ante un público como vosotros, versado en asuntos culturales y literarios. Me refiero a la escritora Brunilda Contreras, a quien el Estado y la sociedad dominicanos distinguen hoy, merecidamente, con el importante Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2024.
Este galardón, ideado y promovido en su gestación por quien hoy es director de la Biblioteca Nacional, don Rafael Peralta Romero, y acogido e instituido por el señor presidente de la República Dominicana, tiene como finalidad reconocer el talento y la dedicación de quienes emplean sus vidas y mejores esfuerzos en producir obras de elevación espiritual en beneficio de las permanentes nuevas generaciones de la sociedad dominicana, que es como decir trabajar en provecho del más importante sector de la vida nacional: en él se sustenta nuestro porvenir como Nación, como grupo humano, como colectividad.
Tres notables escritores de literatura infantil y juvenil han recibido precedentemente este galardón: Lucía Amelia Cabral, Margarita Luciano y Miguel Phipps Cueto. Con el prestigio de estas figuras se cimenta esta premiación como institución, y se continúa y expande con la autoridad y la personalidad de quien esta noche la recibe.
Brunilda Contreras, oriunda de Santa Ana, Salcedo, provincia Hermanas Mirabal, ha sabido dejar indeleble impronta en las letras nacionales. Cultora a un tiempo de diversos géneros literarios, sabe plasmar en ellos trabajos de calidad y significación. Su bibliografía recorre el cuento, la novela, el ensayo, y (más específicamente dentro de la demarcación infantil y juvenil) géneros y expresiones formales que entroncan con el ludismo y la tradición: la adivinanza, el colmo y la retahíla. En estas últimas tres facetas, Brunilda Contreras destaca de manera singular entre los cultores de literatura de raigambre popular, por el gracejo y el donaire al que aspiraba don Manuel Rueda, como puede verse en el volumen compilatorio Adivinanzas dominicanas, de 1970, pero, en ella, con el aporte original de su propia industria, proclive al desvelamiento y a la gozosa fascinación.
Hay un trabajo de singular importancia nacional en el haber y el hacer literario de Brunilda Contreras. Es su Ensayo de cultura netamente campesina, que en la República tal vez no tenga parangón. En él se conservan cuadros, instantáneas, piezas de museo de lo que fuera la vida rural en la República Dominicana durante buena parte del siglo XX, con los que podrá reconstruir la nación en el presente y en el futuro su acervo cultural, su identidad, su desarrollo evolutivo y la psicología y la idiosincrasia del ser nacional a partir de sus usanzas y tradiciones, y en particular de su habla. Otro aporte de la galardonada, en el género ensayístico, es su Curso de creatividad literaria, donde modela y expone de manera desenvuelta y acuciosa los criterios artísticos y estilísticos que le han permitido forjar su arte, y que le facilitarían forjar el suyo al lector-escritor eventual, con especial atención a las modalidades infantil y juvenil del arte y la literatura.
Brunilda Contreras es un espíritu puro, rebosante de idealismo. El material de su literatura para niños y jóvenes tiende a lo modélico, insuflando a su pequeño lector los valores que lo encaminen por las sendas del bien y de la verdad. Sus obras, revestidas de juego e imaginación, no se apartan del cuidado de la forma ni de la pulcritud expresiva. Conocida es su acendrada preocupación por el cultivo de la lengua, a sabiendas de que la obra de arte necesita de ese apuntamiento a las lindes de la perfección.
Un autor de literatura infantojuvenil es un miembro de la familia en cada hogar esmerado; y el nuestro no resulta la excepción. Nuestros hijos Álvaro y Alexander crecieron Por la ruta de los soles, volumen de cuentos de encantos y hechura memorables; al son de Chiví: cien adivinanzas nuevas -más que un libro para niños, un reto familiar-, y al derroche ocurrente de las retahílas de la vaca de la tía Bruni. Ya crecidos nuestros niños, sus libros los conservamos con esmero por la belleza de su arte y por la alegría que nos produce la recordación: libros que aún conservan las grafías de los pequeños en su etapa temprana de formación lectoescritural. Igual sentimiento intuyo en cada hogar dominicano o extranjero al que hayan llegados sus textos delicados.
La distinguida escritora Leibi Ng ha identificado una cualidad de orden supraliterario en la producción de Contreras al leer los cuentos “La jaibita Eva y el Julián Chiví” y “De regreso al jardín”, ambos contenidos en el volumen que tuvo a bien prologar. Ha dicho Leibi: “Hay un mensaje claro de que la vida tiene sentido y el reto es identificarlo”. Los textos de nuestra escritora, expresados con lenguaje sencillo pero elegante, esperan en el fondo sostener al lector con sus brazos espirituales en ese tránsito inexorable por los avatares y las alegrías de ese dédalo que llamamos “mundo”.
Nuestra autora es maestra, egresada de la Escuela Normal Juan Vicente Moscoso; periodista egresada con sumos honores de la Universidad de la Tercera Edad; cursó una maestría en promoción de la literatura infantil y la lectura en la Universidad Castilla-La Mancha, España, e igualmente estudió en Venezuela programación neurolingüística. Aquí y ahora apreciamos su capacidad creativa, el esplendor de sus obras, la delicadeza de su acento y sus dotes lingüísticas y literarias. Con su talento ha creado un universo de ensoñación para la infancia, para la juventud, y para aquellos que aún en la adultez no pueden permitirse abandonar definitivamente esos estadios. Lo agradecemos, lo reconocemos, lo festejamos, la aplaudimos y presentamos ante esta excepcional escritora nuestra… las más emotivas y felices congratulaciones.
LEOPOLDO MINAYA
28/5/2024