miércoles, 2 de marzo de 2022
El nuevo libro que complementa a los otros tres
viernes, 17 de septiembre de 2021
El ramageo, cuento fantástico y ecológico de Brunilda Contreras
El abuelo contaba horrores sobre el Ramageo. Yo quise conocer la verdad sobre ese extraño ser y tomé camino del río donde moraba el Samán Centenario. Fue él quien me narró con pesar, la historia.
Sucede —me dijo, mientras la brisa de la tarde movía los gajos de su larga cabellera vegetal— que el Ramageo en su principio no fue más que un fantasmita dulce y tierno. Se divertía en las noches de luna trenzando las crines a las yeguas, para gozar al otro día con los pleitos del encargado de la hacienda, que tenía que desenredárselas con un peine de alambre.
Rama —prosiguió el Samán— era blanquecino y muy juguetón. Cuando los niños comenzaban a llorar, él los imitaba con un ¡buuuuuuuu! tan gracioso que terminaban muertos de risa y se dormían en el acto. Entonces los perseguía en la ruta de sus sueños para continuar con sus graciosas ocurrencias. Los niños seguían sonriendo y las madres decían que soñaban con los angelitos.
Así transcurría la vida del fantasmita, hasta que un día al llegar al río encontró a este llorando:
—¿Qué te pasa? —le preguntó.
—Un grupo de leñadores me han cortado las pestañas. Ahora el sol me da de frente y ya no puedo retener mis aguas. Como si fuera poco, unos pescadores echaron zumo de un bejuco tóxico en mi corriente, matando inmisericordemente todos mis peces. ¿Qué será de mí?
Rama se puso tan triste como el río y lloró durante varios días. En otra ocasión, vio a un copete rojo que se movía con desesperación. Se acercó para darse cuenta que era un pájaro carpintero.
—¿Qué sucede? —se interesó.
—¡Ay, amigo! —se lamentó el pájaro—. ¡Cuán triste es la historia mía! Para alimentar a mis hijos, fui detrás de unos gusanitos dentro de unas mazorcas de cacao. Los perseguí, perforé las mazorcas. Luego vi a unos niños felices porque sus papás les regalaban esos frutos. Ellos, luego de secarlos al sol, los vendían y se compraban cuadernos, lápices y dulces. Pero un día al entrar al cacaotal, encontré un grupo de fantoches que amenazaban con volverme loco. Tuve suerte de que un amigo que volaba cerca, me dijo que no temiera. Eran sólo hojas de cuadernos colgadas por los sueños para asustarme. ¡Ay! ¡Acabo de ver un letrero que ofrece diez centavos por nuestra lengua! ¡Nos van a matar a todos! —sollozó el pájaro carpintero.
Rama se fue más compungido que el ave amenazada y no bien había recorrido un tramo cuando se encontró con una cotorra que también lloraba.
—¿Por qué lloras? —preguntó el fantasmita ocultando su propio llanto.
—He perdido a mis hijos. Me los llevaron para venderlos en el mercado o en la carretera. La gente los quiere como mascotas en sus casas. ¡Algunos les enseñan hábitos y palabras feas!
Rama —continuó el Samán— sentía cada vez más peso sobre sus hombros, como si toda la pena y la tristeza le cayeran encima. En eso vio que la cotorra era consolada por la tórtola recién llegada:
—No llores, amiga, unos muchachos me robaron mis pichones para comérselos y desde entonces no he vuelto a cantar.
Fueron tantas las agresiones humanas a la naturaleza, que Rama fue perdiendo poco a poco la alegría. Su atención estaba centrada solo en la tristeza. Se olvidó de que podía florecer la esperanza en su corazón y compartir esa flor con los demás para que renaciera la alegría. La tristeza volvió su cuerpo redondo y denso. En ese estado perdió la razón y se convirtió en un verdadero monstruo. Los cabellos se le pusieron gruesos y puntiagudos como alambres de púas. Su mirada electrizaba todo. Las piernas le crecieron tanto que en una sola zancada podía trasladarse de un pueblo a otro.
Por eso, en varios lugares recibió nombres tales como el Coco, el Cuco, el Ramageo y muchos más. Pero él solía identificarse como Luis Beltrán y por doquier dejaba la inscripción: “yo soy Luis Beltrán, que ni me han cogido ni me cogerán”.
Dicen que cuando lo perseguían, solía tirarse al río para salir convertido en un grupo de cucarachas que se dispersaba en todas direcciones.
fin
miércoles, 1 de julio de 2020
viernes, 28 de abril de 2017
PALABRAS DE AGRADECIMIENTO POR LA DEDICATORIA DEL DÍA, DURANTE LA 20 FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO 2017
A Walt Disney se le atribuye haber dicho que hay que tener mucho cuidado con lo que se desea porque puede hacerse realidad. Afortunadamente no he tenido cuidado alguno con mis sueños, porque hace ya muchos años, mientras mis tiernos pies amasaban el lodo, mi cabeza se elevaba en procura de las estrellas. Y los resultados han sido maravillosos. Guiada por las sabias enseñanzas de mis abuelos paternos y de mi inolvidable tía Meicé, pude penetrar desde muy chica en ese universo que muchos denominan ´El Reino de la Fantasía`, de donde proceden las historias que cuento.
A falta de libros físicos, esos seres amados, que llevaban el saco del intelecto vacío, pero llenas las árganas del corazón —donde tiene residencia la sabiduría— me alfabetizaron con el amplio libro de la naturaleza. Con este comencé a tener contacto con los cuatro elementos que constituyen todo lo que existe en la tierra —incluyéndonos a nosotros mismos— y, sobre todo, con los mágicos seres que los pueblan.En ese mundo mágico en que he vivido he sido acompañada por duendes que me han ayudado a tejer una inmensa cantidad de sueños, y por hadas que con su mágica varita han contribuido a hacerlos visibles en este plano de las formas. Ellos me ofrecen con mucha frecuencia sorpresas tan agradables, como la dedicatoria de este día. Pero también he de confesar que me han salido al paso lobos y brujas que han intentado —y a veces conseguido— obstruir por momentos el camino de mis sueños. Y entonces, con perseverancia y, sobre todo, con mucha fe, he logrado entender que esas estrafalarias apariciones no son más que proyecciones de mis más íntimos temores.
Con frecuencia recuerdo a nuestra muy querida y siempre presente Aída Bonnelly de Díaz, quien en una ocasión me manifestó que lo mejor de los años dorados —por los que ahora transita la expresión externa de mi existencia— es que uno se torna más sincero. Y en ese sentido, puedo afirmar que nunca he sabido cuál es la línea divisoria entre la fantasía y lo que la gente denomina `realidad`. Porque entiendo que ambas son realidades en su propio estado de manifestación, y que lo que la gente llama `realidad` no es más que la expresión sutil de ese otro mundo que es intangible solo para los sentidos comunes. Ese mundo que es nuestro por herencia, por aquello de sabernos divinos por origen y humanos por manifestación. Me concibo integrada por esencia y sustancia, sustancia y esencia que se transmutan la una en la otra, en atención a las necesidades del momento.
Esa concepción me llevó desde muy pequeña a crear matrices con mi mente que, sustentadas por mis sentimientos, hoy se expresan en esta realidad tridimensional. Mientras jugaba en el cafetal de mi casa, transformaba los cafetos en entrañables amigos, me interesaba en su procedencia, sus sueños, sus aspiraciones… Y hoy, la vida me los ha traído a todos como miembros de mis dos grandes y amorosas familias: la biológica y la espiritual: cual de las dos más valiosa para mi existencia.
Por eso, me chirrían las voces que aseguran que los verdaderos amigos son muy buenos, pero pocos. Pues los míos son muchos, y muy buenos. Tanto, que cada vez que algún nubarrón amenaza con empañar mi alegría, ellos acuden de inmediato para ungirme con el ungüento sagrado de la solidaridad. Y entonces, con mucha frecuencia tengo que colocarme imaginariamente el manto de silencio y humildad para preservarme del pernicioso efecto del orgullo que pudiera llegar a hacerme creer que merezco todo lo que me ofrecen.
Les reitero mi profunda gratitud por su presencia en esta significativa mañana. Y al Ministerio de Cultura por el honor que me ha concedido. Y pueden tener la certeza de que seguiré soñando, creando maquetas con el material que extraigo del Reino de la Fantasía que, sin lugar a dudas, serán transformadas por mis amigos los duendes y las hadas en realidades de este plano que se exhibirán ante la vista de quienes deseen contemplarlas.
Muchas gracias, y feliz resto del día.
Brunilda Contreras Núñez
Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2017
jueves, 27 de abril de 2017
FILSD 2017 rinde homenaje a la escritora Brunilda Contreras
miércoles, 14 de mayo de 2014
PRESENTACIÓN LIBRO MARGARITA LUCIANO El patio encantado por Brunilda A. Contreras N.
Brunilda A. Contreras N.
PRESENTACIÓN POR BRUNILDA CONTRERAS DEL LIBRO DE MARILYN ARMENTEROS: DON SIN COLA y otros cuentos
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